El juego de la vida

Sigo siendo una novata en este juego de la vida. Continúo sin saber tirar los dados y comerme a la ficha que toca. Siempre equivocada. Siempre fallando a las fichas que mas me ayudan, que más me quieren. 
Pero, ¿dónde están las instrucciones? Quizás las haya perdido en el camino hacia el egoísmo. He tomado la vía equivocada, y temiendo que me coman ahora a mi, he querido volver hacia atrás, olvidar todo, pero no se puede retroceder.

A veces quisiera que todo fuera sólo eso, un juego, para poder rectificar y hacer como si nada hubiera pasado, borrar los errores y hacer que la partida volviera a empezar.

Mundos de ilusión

Y es que a veces se añora...

Hablo de esas épocas de inocencia e ingenuidad. Esos momentos en los que nuestra mayor preocupación es de qué sabor coger un helado, o que el Ratoncito Pérez encuentre nuestros dientes debajo de la almohada. Tiempos en los que la felicidad se compone de los mínimos detalles, y en los que la imaginación juega el papel más importante. 

Años en los que alegría no depende de nadie, ni tu sonrisa es fabricada por los demás.

El comienzo de nuestra vida, lleno de ilusión y de magia, aguardando un futuro lleno de sueños y de utopías. 

Caprichos del destino

Adoro las casualidades. Esos caprichos del destino que se empeñan en aparecer cuando menos nos lo esperamos. 

Y es verdad aquello de decía John Lennon, la vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes. Y, cuando más te olvidas del mundo, de todo lo que estás viviendo, ¡zas! Llegan y te sorprenden. Y sí, a veces son buenas, geniales, a veces te arreglan cuanto deseabas en ese momento. El problema es cuando sólo te complican más las cosas.

Pero eso no se puede predecir, porque sólo son eso, simples y maravillosas casualidades de la vida.

Cabeza vs corazón

 Recurrir a ti misma cuando tienes un problema y... ¿qué te encuentras? 

Esos eternos rivales que en vez de solucionarte las cosas, lo único que hacen es complicártelas más.

Ellos, siempre buscando la victoria en esa lucha por la razón, razón que quizás no tenga ninguno, sólo se empeñan en convencernos con sus pequeña coartadas; siempre opuestas, claro.

La cabeza suele pensar más en las consecuencias que pueden traernos las cosas. El corazón, en cambio, sólo se deja llevar por los sentimientos, y si ese sentimiento es el amor, más. El amor siempre va acompañado de grandes cantidades de locura; en cambio, la cabeza, presume de ser prudente y sensata.

Una mezcla de los dos nunca nos vendría mal, aunque la verdad es que al final,  la cabeza es la única que nos va a poder llevar a la realidad.

"El curioso caso de Benjamin Button"

Todo el mundo se siente distinto de una forma o de otra, pero todos vamos en la misma dirección, sólo que cada uno por un camino distinto.

Puedes encabritarte como un caballo salvaje, puedes decir palabrotas, maldecir al destino, pero a la hora de la verdad, tienes que resignarte.

Espero que veas cosas que te sorprendan,
espero que sientas cosas que nunca hayas sentido, 
espero que conozcas a personas con otro punto de vista,
espero que vivas una vida de la que te sientas orgullosa,
y si ves que no es así,
espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo.

Lo que no te mata, te hace más fuerte

Sueños, sólo son sueños, esas ideas que me invaden cuando se escapan del subconsciente, esa parte donde van las ideas y pensamientos sin que nos percatemos. Quizás no debería preocuparme, pero soy así, y creo demasiado en estas cosas como para dejarlas pasar.

Un sueño puede ser un deseo, un odio, un proyecto, una ilusión...etc.

Y por si no tuviera poco con mi laberinto de ideas, ahora esto. Ya no sé que pensar.

Sigo necesitando pequeñas dosis de realidad cada poco tiempo, y lo peor de todo, es que a veces, nunca llegan.

Estoy en un punto en el que no distingo entre deseos o correspondencias, aspiraciones o resignación, y realidad o mi propio mundo.

Querría solucionar todo esto pero la verdad es que no me veo capaz, ni siquiera me veo con la esperanza de encontrar el problema.

A veces me asusta no poder salir de este puzzle de ideas en el que las piezas no encajan, y en el que una pequeña niña como yo, se siente perdida.

Por eso en algunos casos el mero hecho de no tener un motivo para llorar, es la mejor razón para sonreír y ser feliz.

Ni comes, ni dejas comer

Sabías que esto podía pasar.

En una decisión siempre hay una parte negativa, y lo mejor que puedes hacer desde el principio es posicionarte en el lado malo, por el típico “por si acaso” que tanto nos fastidia.

Confiaste demasiado en ti, en tus posibilidades, diste por hecho que tú ya tenías esa batalla ganada, y que ese gran triunfo sería tuyo en cuestión tiempo. Pero te equivocaste. La suerte te dio la espalda, y sé que es horrible, y que incluso no te lo esperabas, pero hay que pasar página. Ya es hora de dar un paso adelante y aceptar las derrotas, o simplemente dejarlas atrás, olvidarlas.

No avanzas, y de lo que tú no te estás dando cuenta es de que “ni comes, ni dejas comer”.

Al final cada uno decide cómo quiere que sea su vida.

Lo que a veces olvidamos es que nada está escrito, y que el futuro depende de nosotros, de todas las decisiones que vamos tomando a lo largo de nuestra vida.

                                                                                                                                          (Serie "El barco")

What if I just need some help?

No sé. Esta vez ya si que no sé por dónde empezar...

Sólo quiero pensar que las casualidades existen, y que lo que ronda en mi cabeza sólo son caprichos pasajeros, momentáneos; y que pronto se esfumarán sin dejar ni rastro.

Sé que pienso demasiado, y que todas estas paranoias son probablemente fruto de mis obsesiones y de eso que yo no puedo parar de hacer cuando tengo un problema: comerme la cabeza. Y sé que en realidad es lo que no debería hacer, lo peor que puedo hacer, y que seguramente sólo me cree más dudas y no me solucione nada; pero es inevitable.

Necesito hechos, y no tantas suposiciones.

También he oído que las mejores soluciones suelen ser las que primero se nos ocurren, las que menos hemos pensado. Pero...¿quién es capaz de tomar una decisión sin pararse a mirar las consecuencias?

En este momento yo no veo consecuencias, porque ni tan siquiera hay una decisión, una respuesta a esa pregunta que aún está por hacer.

Dicho esto, lo mejor es dejar las cosas como están, y esperar a que algo ocurra, a que aparezca esa razón que confirme o desmienta mis suposiciones.

                                                      

El tiempo pone a cada uno en su lugar

Dueña de éste, tu pequeño teatrillo, la que maneja los hilos, y donde los demás, nosotros, somos tus pequeñas marionetas. Que bonito es inventarse las cosas sin querer ver la realidad... (Aquí es cuando los que sabemos quién maneja todo realmente, nos decojonamos de risa). Pero en fin, tú no tienes ni idea.

Te diriges justo por el camino que nosotros previamente hemos pisado, y trazado especialmente para ti.

Las cosas son bastante más diferentes de lo que tú te crees, y haces creer en esos intentos de valentía y revelación que sólo se quedan en eso, simples intentos.

Sigues con esas indirectas para provocar, pero siento decirte que como verás, no lo consigues.

“No hay mayor desprecio que no hacer(te) aprecio”.

No será por falta de nuestro empeño para que esto no ocurriera; pero, ¿tan malos somos para ti? ¿o sólo quieres que seamos como tus perritos falderos? No, cariño.

No somos como tú, y desgraciadamente tu nivel nos queda demasiado lejos para rebajarnos.

Si esto te sigue divirtiendo, o crees que te está mereciendo la pena, pues continúa,  que el tiempo pone a cada uno en su lugar.

P.D. : Diviértete, que nosotros lo haremos bastante más que tú.